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¿Por qué el ocio educativo debe estar presente en tu escuela?

Jueves, 11 Abril 2019
El concepto de ocio es, a veces, un área desconocida y desaprovechada, especialmente cuando se habla de tiempo libre de los más pequeños
El concepto de ocio es, a veces, un área desconocida y desaprovechada, especialmente cuando se habla de tiempo de ocio de los más pequeños.
Entendemos el ocio como "tiempo libre", es decir, tiempo libre en el que no se deben realizar tareas relacionadas con el trabajo, que en el caso de niños en etapa de escolarización es estudiar, y puede dedicarse a otras actividades. En el caso de los niños y adolescentes, el correcto aprovechamiento del tiempo libre o tiempo libre, incluyendo las actividades complementarias, es sumamente importante de cara a enriquecer la educación de los alumnos, conseguir desconectar de la rutina para tener una mejor actitud y un mejor rendimiento, y conseguir desarrollar valores de educación integral que sería imposible en horas lectivas convencionales. Quieres saber porque el tiempo libre nunca debe faltar a la escuela? Te lo explicamos a continuación ...


Porque el tiempo libre es importante en las escuelas

Los conceptos de "Aprender jugando" y del "libre educativo" son tan atractivos como desconocidos, con una cierta sensación de utopía inalcanzable, pero lo cierto es que no es imposible. La posibilidad de que los alumnos centren su interés en actividades que les supongan un enriquecimiento no sólo académico, sino también moral e intelectual, pasa tanto por la familia cercana, como por el centro educativo, ya que en muchas ocasiones se trata de actividades que los niños y adolescentes desconocen y es importante ayudarles a descubrir. El apoyo desde el centro educativo a las actividades de ocio educativo es crítico para fomentar el interés de los alumnos y permitir el descubrimiento de estas actividades y de intereses personales, y es lo que abre la puerta en muchos casos los jóvenes, a interesar -se por actividades que complementan una educación integral, que no sólo está vinculada a valores académicos. La única diferencia del ocio educativo con la concepción más tradicional del tiempo libre, es que se trata de entender que este tiempo no sólo sirve para jugar o distraerse, sino que puede ser utilizado en diferentes actividades que son igualmente divertidas, y que llevan en sí mismas un aprendizaje. En prácticamente todas las escuelas se añaden actividades complementarias a todos los programas educativos de todos los ciclos, y es precisamente en estas actividades complementarias, donde se pueden aprovechar el potencial del ocio educativo.

1. Disminución del estrés y la rutina

Como ya hemos comentado en otras ocasiones, el estrés, la ansiedad, la falta de interés o la rutina afecta al estado de ánimo, actitud y rendimiento de los adultos y también en los niños y adolescentes. La mayoría de los estudiantes han sufrido diferentes episodios de estrés, agobio y desmotivación muy ligados a su educación, es por eso que es importante reducir lo máximo posible. Las actividades de ocio educativo, permiten alejarse de la rutina y crear una diversión enriquecedora, que permite no sólo aprender sobre nuevas áreas, sino que también practicar y reafirmar lo que ya se ha aprendido, como por ejemplo una excursión para repasar conceptos de biología, o en una función de teatro en inglés.

2. Mejora de la salud mental

Muy ligado al punto anterior se encuentra el incremento de problemas mentales en los estudiantes, que son adquiridos durante su escolarización. Estos trastornos están muy asociados con el estrés, la presión, la ansiedad, y que pueden posteriormente derivar en conductas muy perjudiciales como la violencia, el bullying, el abuso de sustancias nocivas, trastornos alimentarios o depresiones entre otras. Las graves consecuencias que pueden tener esta presión que sufren los estudiantes, hace que sea imprescindible contar con actividades de ocio que faciliten el aprendizaje, que además ayuden a airearse y mitigar los efectos negativos del estrés, y que ayuden a los jóvenes a gestionar su tiempo libre de forma inteligente y enriquecedora.


3. Continuidad durante toda la vida

Los hábitos aprendidos durante las primeras etapas de la vida, son los más fáciles de conservar, y los más difíciles de cambiar posteriormente. Es por eso que es importante por ejemplo que los niños aprendan a lleva un estilo de vida saludable, a comer de forma equilibrada, a leer regularmente, y un largo elenco de hábitos que los acompañarán durante toda su vida, y los aportan aprendizaje , salud, desarrollo y bienestar. La posibilidad de apoyar a estos hábitos desde las escuelas con programas de actividades de ocio educativo, es de vital importancia para que los pequeños aprendan a añadir estos valores a sus vidas de forma permanente, y no sólo puedan crecer académicamente, sino también como personas.


4. Socialización y actividades en grupo divertidas

Las actividades de ocio educativo pueden realizarse desde el centro educativo o de forma individual, pero las que se impulsan desde la escuela, tienen el valor añadido de que habitualmente son actividades para una clase, curso o ciclo completos. Que un grupo de estudiantes pase tiempo de elevada calidad, disfrutando de actividades educativas en conjunto, favorece no sólo la socialización de los niños y adolescentes, sino que también permite fomentar valores de convivencia, tolerancia, trabajo en equipo, etc. Existen actividades que están diseñadas especialmente para fomentar estos valores de grupo, como por ejemplo las casas de colonias o excursiones programadas, que permiten no sólo trabajar puntos concretos del programa educativo, sino que además están preparadas para que los niños y adolescentes trabajen estas áreas de forma grupal y colaborativa. Y por si fuera poco, sumar diversión y experiencias vitales a las actividades de ocio educativo, hacer que el valor que tienen estas actividades los estudiantes sea aún mayor.


5. Ampliación del programa educativo

Hay valores y conceptos que son mucho más sencillo de aprender y razonar si es posible experimentarlos por uno mismo, y en el caso de los niños y adolescentes, experimentar tiene un valor todavía más importante. Las actividades de ocio educativo pueden y deben aplicarse para enriquecer el programa pedagógico, ya que aportan un valor añadido a la educación que es difícil de obtener dentro del aula, permitiendo así que puedan trabajar y reforzar áreas que amplían la educación integral.


6. Gestión del tiempo libre

En la sociedad actual, es realmente fácil acceder a actividades de ocio, distracciones y en definitiva a actividades de tiempo libre en las que adultos, niños y adolescentes encuentran un refugio y una desconexión de la rutina. Es por eso que es importante ayudar a los jóvenes a que este tiempo de ocio no sólo sirva para distraer o utilice en actividades que pueden ser perjudiciales para ellos o generar peligrosas adicciones, sino que sea un ocio de calidad, que resulte enriquecedor. La necesidad de socializar y conocer el mundo que les rodea es muy importante para niños y adolescentes, lo cual deja abierta la puerta a que puedan ser guiados a actividades de ocio desde los propios centros educativos, que los generan intereses en actividades y materias que de otra manera les serían desconocidas y no sólo aporte los valores positivos de la distracción y el juego, sino además, tiempo libre de verdadera calidad.


En resumen

Hay pocas maneras mejores de cohesionar un grupo y hacer que los estudiantes aprendan con el máximo interés, que hacerlo a través de actividades de ocio educativo. La posibilidad de aprender y gestionar el tiempo libre, de forma divertida y además, enriquecedora, tiene efectos muy positivos tanto en su aprendizaje, como en el estado mental del grupo y de los estudiantes de forma individual. ¿Qué actividades de ocio educativo consideras que son las más enriquecedoras para los alumnos? ¿Qué utilizas en tu escuela?